LA DROGA DE LA JUSTIFICACION

LA DROGA DE LA JUSTIFICACION

Es más contagiosa la mediocridad que el esfuerzo porque es muy placentero vegetar en el fango mal oliente de la comodidad.

Es más contagiosa la mediocridad que el esfuerzo porque es muy placentero vegetar en el fango mal oliente de la comodidad. 

Si, es más cómodo estancarse en la liviandad de lo corriente, aunque este ubicado en lo más bajo y oscuro del hueco de la existencia, donde nada jamás crece excepto alimañas y mugre. 

Por absurdo que parezca, a la mayoría le apetece más la mediocridad carente de la luz del sol que la radiante vista de la cima. Y es que la exigencia y el esfuerzo son poco contagiosos, el dolor y el sudor no van con la mayoría, la lucha y el sangrado son para unos cuantos, la incómoda exigencia de la ascensión para llegar a donde solo un pequeño puñado llega no produce dopamina, no le da placer a las mentes mediocres, por eso, la masa nunca pasa de soñar, no esta dispuesta a hacer lo que se tiene que hacer para ganarse el derecho de contemplar el mundo desde arriba. Querer no es poder. Poder es hacer.

Los guerreros extasiados en el triunfo sobre si mismos disfrutan absortos de la vida. Mientras los mediocres holgazanes esclavos de la inestabilidad de su mente bipolar se quejan y ni siquiera saben lo que quieren, no tienen un norte ni un camino, no tienen propósito ni un proyecto de vida, inconstantes e inmaduros solo hablan sandeces envaneciéndose mientras imaginan que son algo que no son, adictos a una de las drogas mas adictivas: "La justificación"

Es más contagiosa la mediocridad que el esfuerzo porque es muy placentero vegetar en el fango mal oliente de la comodidad.

Te puede interesar
Cerrar X