La Historia de la MARGARITA

La Historia de la MARGARITA

Tenemos que aprender a ser quienes verdaderamente somos con todo nuestro potencial.

Una mañana un rey entró en su jardín y lo encontró todo marchito y moribundo.

Al lado de la verja había un viejo roble. El rey le preguntó qué problema tenía. El roble le dijo que estaba harto de la vida y había decidido morir porque no era alto y hermoso como el pino; pero el pino estaba abatido porque no daba uvas como la vid. La vid quería marchitarse y desaparecer porque no era capaz de mantenerse erguida y dar una fruta tan fina como el melocotonero. Hasta entre las plantas con flores, el geranio estaba disgustado porque no era alto y fragante como el lilo, y así sucesivamente el jardín entero.

Cuando llegó a una pequeña margarita, el rey se sorprendió gratamente al encontrar su brillante cara levantada, tan alegre como siempre. —Bueno, margarita, me alegro de encontrar por lo menos una florecilla valiente en medio de todo este desánimo. No pareces estar en absoluto descorazonada. La margarita respondió: —No soy gran cosa, pero estoy contenta porque se que, si quisieras un roble, o un pino, o un melocoton, o un lilo, lo habrías plantado. Se que quieres una margarita, así que estoy decidida a ser la mejor margarita que pueda.

Tenemos que aprender a ser quienes verdaderamente somos con todo nuestro potencial.

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